sábado, 31 de octubre de 2015

El amanecer de las noches

En 1783 un poeta japonés llamado Buson, poco antes de morir, escribió esto:

        Últimamente las noches
        amanecen
        blancas como la flor del ciruelo.

Imagino al poeta irse muriendo bajo la luz blanca de una luna amanecida: irse muriendo, ir amaneciendo en otros mundos con otras luces. O, quizás, el poeta ya vio que la tiniebla es la luz: que la tiniebla es lo que ilumina, pero que no puede ser iluminado: que lo que nos ilumina proviene de lo que no podemos ver ni pensar.

-Por David López y su ‘Diccionario filosófico. Luz’ 


Pero, y si eso es verdad, y si las sombras simplemente son luces que pueden iluminar, pero no pueden ser iluminadas porque son cosas inimaginables…

Quizás la luz sea la parte mala, y es la creadora  y asesina de las sombras. 


Sin luz no habría sombras. Sin realidad no habría sueños, no tendríamos un objeto de comparación.  



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