Me gustaría hablar sobre un tema que
comentamos en clase, en el cual nunca había pensado mucho y me parece de vital
importancia; la pérdida de la
verdadera esencia de la educación.
Hoy en día vivimos en un mundo donde la
sombra del mercantilismo domina casi todos los aspectos de nuestra vida, y como
no iba a ser menos, la educación. Cada vez se valora más que la finalidad de
las clases y de los profesores sea enseñar a los futuros adultos cómo alcanzar
una meta laboral, útil para conseguir dinero, llevándonos hacia la
deshumanización de la persona. Así pues, hoy por hoy, muy pocos se ocupan de la
verdadera educación, la que conlleva enseñar a las personas a desarrollar el
pensamiento crítico por sí mismos, a cultivar la expresión de los sentimientos,
la creatividad, la imaginación, y a tener curiosidad por saber y aprender.
Tristemente, esto nos lleva a la posibilidad de compararnos con simples
máquinas que solo buscan el fin de la utilidad, que están perdiendo el sentido
humano de las cosas. Y yo creo que necesitamos, con la ayuda de las ciencias
humanas, recuperar la capacidad de ser hombres y mujeres realmente libres de
mente y corazón, para así poder mejorar en el futuro, como sociedad y como
personas.
Por ello, quiero resaltar la importancia
del estudio de las artes y humanidades,
disciplinas que posiblemente se encuentren menospreciadas en la sombra oscura de nuestro mundo, cuando son
las que más luz nos proporcionan.
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