Plantearme la idea de la
luz y de la sombra es volver a la idea de la representación. Platón reflexiona
sobre la realidad del mundo a través del mito de la caverna en la que nosotros
como prisioneros creemos en una realidad “ensombrecida” dentro de la cueva;
pero qué diferente es esa realidad cuando no es la sombra la que la define sino
la luz.
Por esto la luz y la
sombra se me plantean como tema de representación en “La vocación de san
Mateo”, un cuadro de Caravaggio de 1601, en el que más allá de la representación
de los personajes, el autor nos plantea otro dilema ¿Qué ilumina nuestro mundo?
En principio, se describe
una escena en una taberna, personas que se encuentran en actitud cotidiana representando
lo inmediato, el momento y el ahora. Así pienso en el presente como idea de lo
que tenemos y somos. Y en frente a la
sombra, el personaje de la derecha nos muestra el camino de la luz, la nueva
realidad que podemos descubrir.
Después de las preguntas
de la vida, qué somos y a dónde vamos, tenemos una nueva respuesta, el pensamiento
como forma de entender el mundo. La luz en las ideas es la propia reflexión de
lo que nos ocurre.
Por esto, quiero hacer una
conclusión basada en el cuadro de Claude Monet “Impresión, sol naciente”, de 1872.
Ya no hay diferencia entre la luz y la sombra, todo es amanecer, descubrimiento,
pensamiento puro.
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