Me veo en mi propia obligación de comenzar a escribir esta pequeña anécdota hace unos pocos minutos.
Que el ser humano es capa de lo mejor y lo peor me ha quedado más claro esta noche cuando al salir de un monólogo voy a tomar algo a un "extraño" bar del centro de madrid en el que nada más entrar lo sentí. Sentí esa sensación de entrar a un sitio y saber que aquello es un microcosmos digno de estudiar, afuera hacía frío, mucho frío, lo que invitaba a quedarse, eso y sus maravillosas tapas. Se fue desarrollando ese rato y he de decir que me aburría bastante además de estar excesivamente cansado por lo que me apoyo en una de esas máquinas tragaperras con la mirada perdida cuando entonces lo veo por el rabillo del ojo, como ese hombre clava sus ebríos ojos en mi y se acerca, cabe destacar su estado de embriaguez, sin embargo, ese hombre consiguió helarme con una cuestión aparentemente sencilla; "¿Sabes a lo único que he sucumbido yo en esta vida? ¿lo único que me ha guiado? la inteligencia y la belleza" acto seguido me lanza la cuestión; "¿y a ti?" a lo que lo único que pude contestar bajo l mirada desconfiada de mi madre y unos amigos a escasos metros de la escena fue "demasiado jóven para plantearme eso" justo después mi madre nos instó a irnos y por un instante ardía en esta fría noche, ardía en deseos de hablar con ese borracho solitario, ¿es una tontería lo que dice? suelen decir que los únicos que dicen la verdad son los borrachos y los niños y de estos últimos no lo tengo muy claro. Inteligencia y belleza, dos esencias que nos guían y a la que no podemos resistirnos, hay gente mas preocupada por la primera, otra por la segunda...lo que está claro que aquel hombre no decía ninguna tontería. ¿Es la inteligencia y la belleza incluso para un joven su talón de aquiles, su guía y perdición? Esas dos palabras resuenan esta noche en mi cabeza, me arden.